PAPEL DEL DOCENTE ANTE LA VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR, MALTRATO INFANTIL Y ABUSO SEXUAL INFANTIL MARÍA DE JESÚS
URQUINA BUITRAGO
La
violencia intrafamiliar, el maltrato infantil y el abuso sexual infantil, es
tan antiguo como la humanidad, es universal, y no distingue clase social. Las
niñas han sido víctimas históricas de los abusos de los adultos. En la Biblia
hay relatos famosos a este respecto, como la eliminación de los niños ordenada
por Herodes; Aristóteles consideraba que, por ser propios, nada de lo que
hiciera con los niños(as) era injusto; en Esparta se buscaba la perfección de
la raza lanzando al precipicio a las niños tarados; los nazis los eliminaban
con el mismo fin.
Las madres y los
padres del siglo XIX comienzan a hacer de la educación un medio para la
represión de muchos aspectos del niño y la niña, como la sexualidad y la
autonomía lo cual proyectaba los ideales puritanos de la época y una serie de
temores sexuales de los adultos (Mejía, 1.997).
Por lo tanto desde
una perspectiva histórica no es posible decir que los niños de nuestro tiempo
son maltratados más que en ninguna época anterior, lo que sucede es que el niño
y la niña son ahora sujetos visibles, gracias a todos los estudios sociales,
antropológicos, psicológicos, sociológicos y legales que han transformado el
concepto de niñez no solamente como una etapa biológica, sino que han permitido
la construcción desde la cultura, el desarrollo y desde los procesos de
socialización una representación social del niño y la niña comprensiva e
integral. Al convertir a los niños y niñas en sujetos activos y partícipes de
la construcción de sociedad, se visibilizan sus problemáticas (son objeto de
explotación laboral, traficados con fines de prostitución, abusados
sexualmente, inducidos y obligados a cometer delitos, incorporados a la guerra,
forzados al desplazamiento), de esta forma en nuestro tiempo existe un
significado aumento en los casos reportados de maltrato, abuso y violencia
contra ellos.
Sin embargo no se
puede decir, que por el conocimiento que se tiene ahora sobre la niñez y sobre
los efectos que produce la violencia física sobre el desarrollo integral del
niño y la niña, ésta haya desaparecido ni siquiera disminuido, además la
violencia psicológica que la mayoría de las veces es invisible y poco
analizada, siempre se encuentra presente en todos los casos de maltrato.
El
docente esta ciertamente en una posición de privilegio para observar, detectar
e intervenir la violencia que se ejerce de manera cotidiana, extensa y
cruelmente en los niños(as) y adolescentes en el transcurso de su vida escolar.
Sin embargo, ante tantas dificultades, el compromiso de los docentes con los
niños(as) es muy significativo pues es él quien en muchas oportunidades llena
los vacíos del afecto, reconocimiento y valoración con que muchos niños y niñas
crecen en sus familias. El docente y su actuar pueden ser la única oportunidad
que tiene el niño o la niña, para ser protegido del maltrato físico, del abuso
emocional o sexual, y para evitar que se detenga el proceso. ¿Cómo intervenir
en ésta problemática?