EDUCAR EN LA CREATIVIDAD.
Educar en la creatividad es educar para el
cambio y formar personas ricas en originalidad, flexibilidad, visión futura,
iniciativa, confianza, amantes de los riesgos y listas para afrontar los
obstáculos y problemas que se les van presentado en su vida escolar y
cotidiana, además de ofrecerles herramientas para la innovación. La
creatividad puede ser desarrollada a través del proceso educativo, favoreciendo
potencialidades y consiguiendo una mejor utilización de los recursos
individuales y grupales dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje. Siguiendo
con estas ideas no podríamos hablar de una educación creativa sin mencionar la
importancia de una atmósfera creativa que propicie el pensar reflexivo y
creativo en el salón de clase. La concepción acerca de una educación
creativa parte del planteamiento de que la creatividad está ligada a todos los
ámbitos de la actividad humana y es el producto de un devenir histórico social
determinado. Creatividad es el potencial humano integrado por componentes
cognoscitivos, afectivos, intelectuales y volitivos, que a través de una
atmósfera creativa se pone de manifiesto, para generar productos novedosos y de
gran valor social y comunicarlos transcendiendo en determinados momentos el
contexto histórico social en el que se vive. Este concepto,
integracionista o conjuncionista, plantea una interrelación dialéctica de las
dimensiones básicas con que frecuentemente se ha definido la creatividad de
manera unilateral: persona, proceso, producto, medio. Por otro lado,
educar en la creatividad implica el amor
por el cambio. Es necesario propiciar a través de una atmósfera de
libertad psicológica y profundo humanismo que se manifieste la creatividad
de los alumnos, al menos en el sentido de ser capaces de enfrentarse con lo
nuevo y darle respuesta. Además, enseñarles a no temer el cambio, sino más bien
a poder sentirse a gusto y disfrutar con éste. Se puede afirmar, que
una educación creativa es una educación desarrolladora y autorrealizadora,
en la cual no solamente resulta valioso el aprendizaje de nuevas habilidades y
estrategias de trabajo, sino también el desaprender de una serie de
actitudes que en determinados momentos nos llenan de candados psicológicos para
ser creativos o para permitir que otros lo sean. El término pensamiento lateral
o creativo es introducido por Edward de Bono para distinguir los procesos
mentales orientados a la perspicacia, la creatividad y el ingenio, de los
procesos mentales lógicos o verticales. El pensamiento lógico se encuentra ampliamente
arraigado en nuestra cultura por las formas tradicionales de la educación, en
las que se da un énfasis especial a la construcción del conocimiento en forma
ordenada y lógica en base a paradigmas. Por el contrario el pensamiento
paralelo sería la construcción del conocimiento mediante una restructuración
perspicaz de los conceptos ya existentes en la mente, en la que justamente y en
oposición al pensamiento lógico no se toman en cuenta paradigmas previos. La
incorporación del pensamiento lateral a nuestros esquemas mentales nos permite
aplicar nuevos conceptos a la solución de problemas, a la generación de nuevas
ideas, al diseño, a la innovación, al mejoramiento de procesos y a muchas otras
actividades de la ingeniería, en los que se requiera creatividad con el objeto
de optimizarlos. El Pensamiento Lateral no es una virtud innata del ser humano,
si queremos usarlo con éxito hay que entenderlo, cultivarlo y practicarlo.
Reflexione
sobre la importancia de la acción del docente en el desarrollo del Pensamiento
creativo de los estudiantes