Los principios
para la educación de la personalidad
La delimitación de principios integradores para
educar la personalidad constituye un tema controvertido que presenta disímiles
criterios por parte de los autores, sin llegar todavía a un consenso. Se considera como elemento esencial del proceso
docente-educativo la personalidad del alumno, la cual se denomina como a
un patrón relativamente estable de sentimientos, pensamientos y conducta que
identifica y diferencia a las personas, es decir un comportamiento
habitual del individuo que se desarrolla
y cambia a lo largo de nuestra vida, se le considera también como el resultado de la interacción de la herencia
genética y el ambiente del ser humano, del aprendizaje social y las
experiencias personales. La personalidad tiene dos componentes: uno de base
genética, al cual denominamos temperamento y otro que se llama carácter, que
depende de determinantes sociales y del ambiente del individuo. Por medio del
carácter es como desarrollamos nuestras virtudes y habilidades, nos indica el
modo que tiene el ser humano de actuar, pensar y expresar afectividad. Cabe destacar,
que es la persona lo decisivo en la educación, por lo que deberá ser punto de
partida y de llegada. Los tres primeros principios son los más generales y lo aporta
la psicología, porque constituyen regularidades subjetivas e incluyen
categorías psicológicas fundamentales: la personalidad, lo cognitivo, lo
afectivo, la actividad y la comunicación. A continuación le siguen otros
principios menos generales que se derivan de los anteriores y poseen un
carácter más pedagógico. Estos principios están organizados de manera
jerárquica de acuerdo con la estrecha relación existente entre ellos, pues el
cumplimiento de uno favorece y coadyuva la aplicación de otros y la violación o
el desconocimiento de alguno condiciona e influye en el incumplimiento del
resto. En la realidad educativa todos giran alrededor de la personalidad del
educando y se concentran integralmente a él, de ahí su interdependencia y
unidad. Aunque no son identificables por su contenido, hay que considerarlos en
un sistema donde cada uno juega una determinada función dentro del todo (la
personalidad) y a la vez interactúan entre sí. El papel rector lo juega el
principio de la personalidad, por ser el de mayor generalidad y ser el resto
una manifestación peculiar de él en diferentes esferas del proceso
docente-educativo. Los
factores emocionales, afectivos y relacionales son, desde hace ya algunos años,
aspectos de creciente interés para el mundo educativo. La escuela,
tradicionalmente más preocupada del desarrollo cognitivo, plantea hoy el
desarrollo integral y armónico de los alumnos y asume como tarea propia, desde
esta perspectiva, que no sólo debe enseñar a conocer y a explorar el mundo;
asume también que debe enseñar a ser y a convivir. La estructura intelectual del niño está inevitablemente asociada a su
afectividad; consecuentemente, es necesario reorganizar el currículum escolar,
demasiado centrado en contenidos académicos, cognitivos. La personalidad del individuo es factor
importante para determinar un estilo docente. Cuando cada maestro desarrolla su
programa y establece relaciones con los niños, ocurre una integración
consciente e inconsciente de todo cuanto conoce y sabe, desarrollándose así un
estilo personal de enseñanza. Reflexione ¿CÓMO INFLUYE
LA ESCUELA EN LA PREVENCIÓN DE LOS PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO? ¿CÓMO TRABAJAR CON DIFERENTES ALUMNOS/AS QUE PRESENTAN
PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO?